jueves, 7 de junio de 2012

Exámenes: Cómo estar preparados

¿Cómo podemos preparar a nuestro cerebro para estar al 100% en época de exámenes?


Llega la época de exámenes y hay una serie de factores que debemos tener en cuenta para maximizar nuestro aprendizaje y consolidar lo aprendido para afrontar las pruebas con mayor tranquilidad y obtener los resultados deseados.

Técnicas de estudio adaptadas a cada persona:


Es importante encontrar el método de estudio que personalmente se adapta mejor a cada uno. Normalmente adquirimos la información a través de la memoria visual, pero hay personas que consiguen asimilar mejor los conocimientos utilizando otros tipos de memoria, como la memoria auditiva. Para cada caso, una técnica será más adecuada que otra. Si tu aprendizaje mejora utilizando destrezas visuales, prepara tu material de manera gráfica para optimizarlo y utiliza técnicas de estudio visuales como el subrayado, los esquemas o los gráficos. Si te resulta más eficaz memorizar de forma auditiva, lee tu material y repásalo en voz alta, graba las lecciones y escucha las grabaciones con el temario, ya que verbalizar tus propios conocimientos, obliga a tu cerebro a esquematizarlos, sistematizarlos y repasarlos. Algunas personas obtienen un aprendizaje más eficaz, si  reescriben el texto que están estudiando y se realizan esquemas mentales que luego desarrollan. Si establecse asociaciones de ideas y reglas de mnemotecnia para memorizar las fechas, cifras y los listados de datos, te resultará más sencillo que si estudias de memoria. Es más fácil memorizar las cosas si tienes interés en ellas. Para ello, puedes buscar películas, monólogos o curiosidades sobre los contenidos a estudiar para fijar contenidos al relacionarlos.

Si exploras diferentes métodos de aprendizaje, descubrirás cuál se adapta mejor a tu tipo de memoria predominante y al aplicarlo a tu forma de estudiar optimizarás los resultados.

Cuidar la alimentación:



El 80% de nuestro cerebro es agua, por lo que tener una buena hidratación es esencial para un procesamiento cerebral óptimo. Si no ingerimos suficiente líquido, aumenta el cortisol, la hormona del estrés, que puede causar problemas de memoria

Tomar un desayuno completo ayuda a afrontar el día con energía y a no sufrir déficits de glucosa que repercuten negativamente en el rendimiento, ya que el cerebro utiliza la glucosa como única fuente de energía. Es muy importante no saltarnos ninguna comida para mantener un nivel adecuado de glucosa en sangre a lo largo del día e incluir en nuestra dieta hidratos de carbono. Los alimentos ricos en vitaminas B y C, como las frutas y los cítricos, contribuyen a  la formación de neurotransmisores como la acetilcolina, responsable de la memoria y el pensamiento. Los excitantes como la cafeína, además de mantenernos despiertos, hacen que nuestro pensamiento se agilice. Sin embargo, el exceso de estos estimulantes perjudican la concentración y la memoria, por lo que nunca hay que abusar de ellos. Los frutos secos, especialmente la avellana, tienen un alto contenido en vitamina B1, que fortalece la memoria y la consolida. Las legumbres nos aportan el hierro necesario y las verduras contienen antioxidantes encargados de frenar a los llamados "radicales libres", que son los responsables del deterioro de las membranas celulares, lo que conlleva pérdida de memoria y concentración.

Horas de sueño adecuadas:


Dormir es necesario para aprender. Los recuerdos del día se almacenan temporalmente en el hipocampo, región implicada en la memoria y el aprendizaje, y durante el proceso del sueño se trasladan a la corteza prefrontal, que dispone de mayor capacidad. Podemos decir que el sueño vacía la memoria a corto plazo, dejando espacio libre para adquirir información nueva. Es por ello que si no se descansa correctamente, se reduce hasta en un 40% la capacidad de asimilar los conocimientos adquiridos, por lo que es posible que no recordemos bien lo que hemos aprendido. 

Ante los exámenes, es normal sentirse nervioso y estresado, pero para algunas personas esa ansiedad es muy intensa e interfiere en su concentración y su rendimiento. Es lo que se denomina ansiedad de ejecución, que es la que se da ante situaciones específicas donde el rendimiento es muy importante y  existe una gran presión por hacer las cosas bien. Algunos síntomas de esta ansiedad de ejecución pueden ser molestias gastrointestinales, dolor de cabeza tensional, temblor y sudor, aumento de la tasa cardíaca, incluso diarrea o ganas de vomitar, provocados por exceso de adrenalina. Para ayudar a controlar estas sensaciones negativas, es necesario que tengamos en cuenta que es normal sentirnos así, no pasa nada y podemos llegar a controlarlo con las técnicas adecuadas. No debemos centrarnos en los síntomas físicos que nos produce, sino dirigir toda nuestra concentración a las preguntas del examen. Controlar la respiración es una buena forma de combatir la ansiedad, pero debemos aprender a hacerlo en los momentos en que estamos relajados y practicar regularmente.

Todos estos factores conseguirán que aproveches tu tiempo de estudio y consigas mejores resultados, pero si eres poco organizado y dejas todo para última hora, la biología también puede echarte una mano, ya que hay estudios que indican que estudiar bajo presión también puede ser efectivo. Las hormonas que se producen cuando estamos estresados, el cortisol y la adrenalina, ​​causan cambios en las células de nuestro cerebro, aumentando su capacidad de aprendizaje y permitiendo a los recuerdos guardarse más eficazmente. Estos estudios se basan en que las personas solemos recordar con más fuerza los malos recuerdos que los buenos, debido a que tanto el cortisol como la adrenalina son componentes esenciales en los mecanismos ancestrales de lucha y huida, la respuesta neurobiológica a situaciones de estrés que ha evolucionado a través de los tiempos para evitar situaciones similares en el futuro.

Sin embargo, siempre es preferible una buena preparación para fijar contenidos, ya que aunque un poco de estrés puede ser bueno para la formación de la memoria, si el estrés es excesivo es probable que tenga el efecto contrario, ya que cuando estamos muy estresados al cerebro no le es posible recoger toda la información nueva en buenas condiciones y comienza a reemplazar una información por otra, por tener espacio insuficiente en la memoria. Si encontramos nuestra memoria más efectiva y la potenciamos, cuidamos nuestra alimentación y dormimos adecuadamente, nos aseguraremos buenos resultados.


 “Muchos estudiantes toman al estudio como un líquido que hay que tragar, y no como un sólido que debe masticarse. Luego se preguntan por qué proporciona tan poco nutrimento real”. S. Harris



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